lunes, 26 de julio de 2010

Otro café. ( 3 )


... Se pusieron a charlar como tantas otras veces, un qué tal, como están los niños, como te va la vida, hasta descubrir que usaban la misma página web para conectar con otras personas y decidieron empezar a conectarse por ahí y así no tener problemas de que nadie los viera.
Las conversaciones eran cada vez mas intimas, y ella no dejaba de recriminarle el daño que le había ocasionado y él le decía q la seguía echando mucho de menos, que añoraba sus besos, sus abrazos y la necesitaba entre sus sabanas donde siempre le había echo tan feliz y sentir todo el placer que nunca había sentido ni siquiera con su primera mujer.
Era tan grande el deseo de los dos que no dudaron en prometerse que algún día se volvieran a encontrar. Pasados unos meses ella paso por una intervención quirúrgica nada grave pero lo justo para permanecer en casa quince días en reposo, y naturalmente no dejar de conectarse para poder charlar con él, cuando se sentía algo más fuerte y sabiendo que su marido trabajaba fuera del su ciudad se atrevió a invitarle a su casa, el accedió y llego en pocos minutos, a ella le temblaban las piernas, las manos sudorosas, el timbre suena.... cuando se encontraron cara a cara sin ninguna barra entre los dos fue algo cortante, ninguno sabia que hacer pero fue transcurriendo la mañana entre conversaciones, risas y poniendo las cosas muy claritas por parte de ella. Le comento que había cambiado mucho, tanto en la forma de pensar como en la de actuar, no iba ha haber ningún hombre en la tierra que volviera hacerla daño, que las cartas las jugaba ahora ella.
El sorprendido asentó la cabeza y al poco tiempo se marchó quedándose ella con tantas ganas de un abrazo, de un solo beso... al cerrar la puerta de sus ojos empezaron a brotar lagrimas sin consuelo sin dejar de pensar que era tonta al pensar que él quisiera algo, al llegar al ordenador tenía un mensaje en el que decía -que bien me he sentido nuevamente en tu casa, pero faltaba algo.- inmediatamente le contesto. - ¿por qué no te lanzaste?- en fin los dos lo deseaban y ninguno se atrevió, por lo que decidieron verse al día siguiente, y así pasó, después de tomarse un café y charlar un rato él se decidió sentarse junto a ella en el sofá y lanzarse a besarla apasionadamente sin miedo, sin pausa, recorriendo con sus manos pada poro de su cuerpo... ella le correspondió como tantas otras veces lo había echo sin reparo a pensar que nuevamente estaba cayendo en sus redes. Desde aquel día a ella se le volvía a iluminar su mirada, volvía a perder peso, se cuidaba en cada detalle de su cuerpo, volvía a revivir en ella esa alegría que tanto extrañaba. Lo iban haciendo bien, si iba al bar no hablaban casi nada pero con sus miradas penetrantes bastaba para saber lo que se decían uno a otro, varios encuentros más de pasión, deseo y desenfreno, se habían convertido en amantes, idea que a ella no le hacía mucha gracia pero le necesitaba para apagar su sed, poco a poco era mas difícil el poderse ver y ella iba conociendo mas personas dentro de su red del chat, y teniendo a gente maravillosa a lo que dia tras dia iba queriendo mas, y de ese modo fue dejando aparte las ganas de estar con su supuesto amor, se fue dando cuenta que lo único que le unía a él era el deseo, solo una atracción sexual donde no llegaría nunca a buen puerto, y ahora es ella la que se está separando sin explicaciones, la que dice no puedo ir estoy muy liada en el trabajo, ahora es ella la que saca su baraja del juego y nos tomamos otro café...

FIN


domingo, 18 de julio de 2010

Otro café. ( 2 )


Los días iban transcurriendo y entre cortas y breves conversaciones compartían sus sentimientos hasta quedar una noche después de salir ella del gimnasio, llego lo ansiado por los dos, en la cocina entraron se abrazaron y un largo beso los inundó de pasión,a ella le temblaba todo el cuerpo, su corazón palpitaba acelerado y la sangre le ardía en su interior, se hacía tarde y marcho a lo que cada vez se le parecía a su propia cárcel. Esa noche no podía dormir, demasiadas emociones juntas y deseando que llegara el día para volver a tomarse otro café.
Pasaron algunas semanas entre miradas cómplices, notitas dejadas debajo del platito del cambio, claro ella siempre pagaba con algún billete ansiosa de algo suyo, llamadas, mensajes al móvil, se habían convertido en un corto periodo de tiempo en dos adolescentes escondiendo lo que parecía todo amor.
Un pequeño viaje a Madrid para visitar a su mejor amiga cambiaron muchas cosas, ella al verse acorralada por su marido al encontrar un mensaje, nada indiscreto, pero era de él, decidió contarle que no sabía lo que le pasaba pero se sentía muy agusto con él, le contaba con voz temblorosa que en su cabeza solo había confusión, no quería decirle tan claramente que se estaba enamorando nuevamente, a raíz de esa noche todo cambio en ese matrimonio pendiente de un hilo, pero ese hombre fue fuerte y le perdonaba intentando comprender que era lógico con tanto tiempo tomando café diariamente que ella se confundiera en sus sentimientos.
Hubo situaciones muy tensas puesto que la novia de él, también se imaginaba que algo había entre los dos al llegar la factura del móvil, en un mes solo había tres llamadas a ella y el resto de los ciento veinte euros de total eran llamadas y mensajes para la que llamaba amiga.
Pero no había nada que los pudiera frenar y seguir quedando a escondidas en las casas de cada uno, alejarse de la ciudad en sus coches a lugares solitarios para poderse unir en uno solo, dar bonitos paseos por un pequeño bosque haciendo cómplices de su secreto aquellos altos arboles.....
Pasaron los mejores ocho meses de su vida, pero un pequeño accidente de deporte a él los separó, los días de reposo, de no poderse ver, le hicieron recapacitar y pensar en no querer romper un matrimonio el cual ya iba flojeando tiempos atrás, si decir nada se fue alejando de ella, dejando de hablar, no llamaba ni la escribía nada, y cuando ella preguntaba que le pasaba, siempre le contestaba que estaba muy ocupado.
Ella se fue desilusionando cada día mas, sintiendo su corazón cada vez mas destrozado, se miraba al espejo y solo podía ver a una mujer usada, engañada, traicionada a punto de perder a un marido, a su familia. Se armo de valor y por recomendaciones medicas se quedó nuevamente embarazada, la noche que se enteró solo le venía a la cabeza el poder decírselo a él al día siguiente al tomarse otro café.
Siempre a pensado que lo hizo como venganza, para poder intentar recuperar a su marido desconfiado, se prometió que nunca entraría de nuevo en el bar y lo consiguió algún tiempo pero cada vez que pasaba por la puerta no podía dejar de mirar hacia dentro para poder verle de nuevo, poder cruzar otra mirada de él para hacerla estremecer de nuevo.

El nacimiento de su hijo la hizo tan feliz, pero sentía que le faltaba algo, tenerle a él cerca aunque solo fuese como el buen amigo que fue al principio.
Se pusieron de obras y cambiaron el bar por completo y después de bastante tiempo sin verse ella tuvo que entregar la factura de los trabajos realizados por la empresa de un familiar y cuál es su sorpresa, que aun se le acelerada el pulso al estar cerca de el, y ahí empezó todo de nuevo.

CONTINUARA...


lunes, 12 de julio de 2010

Otro café. ( 1 )


Era una chica normal, muy alegre, abierta con la gente con ganas de reír, de vivir, feliz en su matrimonio y su hija, entradita en carne sin preocuparla demasiado, pero algo cambio su vida, su rumbo para siempre.
todo empezó cuando se atrevió a emprenderse en el duro camino del empresario abriendo un negocio en el centro de la ciudad, se la conocía bastante por ser hija de ... y eso nunca le gusto pero no podía hacer nada, justo pared con pared había un viejo bar de familia llevado por cinco hermanos, día a día fue cogiendo confianza con todos ellos, la abrieron los brazos a la amistad, un día un café, otro día el té... así la fueron conociendo todos hasta llegar a decir, q la querían como a una hermana. Se hizo un grupo muy bueno de amigos y amigas donde el ratito del café antes de entrar era lo mejor del día, risas, chistes, confidencias, aquellos días aún no olvidados por ella, estarán siempre dentro de su corazón.
Transcurriendo un año un viaje inesperado la llevó a Gijón para un cursillo, le cambio todas sus expectativas dentro del mundo laboral y personal, se iba a formar mejor para el puesto que ejercía en su empresa y era su primera vez que salía fuera sola, sin padres ni pareja, fueron los mejores siete días hasta ese momento mejor de su vida, allí se abrió una puerta donde vio quien era ella, lo que valía por sí misma, llego a su vida cotidiana con mas ilusión y fuerza incluso empeñada en perder peso para verse aun mejor, pero en su ciudad la sociedad en la que se encontraba era muy distinta.
Sus confidentes camareros la empujaban a seguir para adelante, chicos deportistas le aconsejaban q ejercicios hacer y q comidas llevar y sin embargo en casa su marido le decía que bajara de las nubes, que ella tenía un matrimonio con el q seguir y una hija a quien criar, que no podía estar de la ceca a la meca como si estuviese sola, ella entendía lo que decía pero se negaba a bajar la cabeza y ser sumisa a todo, los problemas empezaron a llegar. Lo mejor empezó a adelgazar y sentir que gustaba más.
Entre todos los camareros había uno muy especial para ella, no sabía lo que era pero le atraía algo con el que se sentía muy bien y cuando hablaba con él, se le olvidaban sus penas. En ese verano fueron estrechando mas y mas su amistad, ella cada vez tomaba mas café, pero era para verle más, le encantaba cuando se acercaba y le decía -¿qué te pongo guapetona?- a lo que ella contestaba cada día -mi café como siempre- con una gran sonrisa, si se ponían a hablar de cualquier cosa, daba igual si era bueno o malo, lo que les importaba era el momento en el que estaban juntos.
A finales de septiembre cerraban el bar para las vacaciones, ¡noooo! gritó en silencio, llego su pena de no verle hasta transcurridos quince días, no pudo despedirse de el, sus ojos ya no aguantaron las lagrimas y se encerró en su empresa, el llamó y le pregunto por qué no se despidió se quedó callada y le dijo que tenía trabajo y no podía entretenerse.
Cogió el móvil y en un mensaje le contesto -si te vas no me preguntes si te ame o no, solo escucha una canción de amor y entenderás lo que siento por ti- el no contesto, pero cuando paso por la puerta se despidió con la mano. Pero el lunes llego su alegría nuevamente, era la una del mediodía cuando una llamada inesperada, descolgó y dijo -¿si, dígame?- una voz tan conocida como deseosa de escuchar contesto -soy yo, te llamo para que no te preocupes, ya hemos llegado a la playa- no se lo podía creer, en ese momento se convirtió en una niña de catorce años, quería gritar de alegría, se había acordado de ella. Por la tarde la volvió a llamar y la confesó que el también sentía algo pero que ya hablarían cuando llegase, cada llamada para ella era un suspiro más a su felicidad, se había vuelto a enamorar.
Lo mejor, claro, llego cuando regreso de sus vacaciones, llegaba el momento de hablar cara a cara, ese día recibió la visita de cuatro de los hermanos, todos contentos de volver a verse, en, pero ella pensaba, ¿donde se encontraba el otro? casi al cierre de la tarde llego él, un qué tal, me alegro de volver a verte muy tímidamente al igual que él, si siquiera se atrevieron a darse dos besos como con los otros, se convirtieron en dos colegiales.

CONTINUARA.


lunes, 5 de julio de 2010

Fabula de la pampa.

Hay veces que el amor es un juego

Apuestas a un numero y tiras el dado

Te haces ilusiones para que luego…

Salga el del otro lado


Fue un día cualquiera, un día normal

Paseando por el centro comercial

Entre en una tienda por casualidad

Tanto tiempo paso, quizás demasiado

Tantos días tantos meses tantos años

Mucho tiempo pasó y más tenía que haber pasado.


El día a día era tan bonito

Si la veía triste,

Me ponía ha hacer el payaso a toda prisa

Par así poder ver su linda sonrisa.


Antes de tanto tiempo

Pudo pasar y no paso

Ahora sería distinto

Pensaba mi corazón.


Y tan distinto era

Poniendo las cartas sobre la mesa

Ella no es para mí pensaba mi cabeza.


La batalla fue ruda

Por un lado mi corazón con sus locuras

Y por otro mi cabeza con la realidad tan dura

Y si dura fue la batalla

Más duro fue su desenlace

Asumiendo su derrota el corazón

Y haciendo con la cabeza las paces.


Y por cosa del dichoso destino

Fui a vivir a un lugar donde me tenia de vecino

Y obedeciendo mi corazón a mi cabeza

Siendo cordiales cada uno iba por su camino.