... Se pusieron a charlar como tantas otras veces, un qué tal, como están los niños, como te va la vida, hasta descubrir que usaban la misma página web para conectar con otras personas y decidieron empezar a conectarse por ahí y así no tener problemas de que nadie los viera.
Las conversaciones eran cada vez mas intimas, y ella no dejaba de recriminarle el daño que le había ocasionado y él le decía q la seguía echando mucho de menos, que añoraba sus besos, sus abrazos y la necesitaba entre sus sabanas donde siempre le había echo tan feliz y sentir todo el placer que nunca había sentido ni siquiera con su primera mujer.
Era tan grande el deseo de los dos que no dudaron en prometerse que algún día se volvieran a encontrar. Pasados unos meses ella paso por una intervención quirúrgica nada grave pero lo justo para permanecer en casa quince días en reposo, y naturalmente no dejar de conectarse para poder charlar con él, cuando se sentía algo más fuerte y sabiendo que su marido trabajaba fuera del su ciudad se atrevió a invitarle a su casa, el accedió y llego en pocos minutos, a ella le temblaban las piernas, las manos sudorosas, el timbre suena.... cuando se encontraron cara a cara sin ninguna barra entre los dos fue algo cortante, ninguno sabia que hacer pero fue transcurriendo la mañana entre conversaciones, risas y poniendo las cosas muy claritas por parte de ella. Le comento que había cambiado mucho, tanto en la forma de pensar como en la de actuar, no iba ha haber ningún hombre en la tierra que volviera hacerla daño, que las cartas las jugaba ahora ella.
El sorprendido asentó la cabeza y al poco tiempo se marchó quedándose ella con tantas ganas de un abrazo, de un solo beso... al cerrar la puerta de sus ojos empezaron a brotar lagrimas sin consuelo sin dejar de pensar que era tonta al pensar que él quisiera algo, al llegar al ordenador tenía un mensaje en el que decía -que bien me he sentido nuevamente en tu casa, pero faltaba algo.- inmediatamente le contesto. - ¿por qué no te lanzaste?- en fin los dos lo deseaban y ninguno se atrevió, por lo que decidieron verse al día siguiente, y así pasó, después de tomarse un café y charlar un rato él se decidió sentarse junto a ella en el sofá y lanzarse a besarla apasionadamente sin miedo, sin pausa, recorriendo con sus manos pada poro de su cuerpo... ella le correspondió como tantas otras veces lo había echo sin reparo a pensar que nuevamente estaba cayendo en sus redes. Desde aquel día a ella se le volvía a iluminar su mirada, volvía a perder peso, se cuidaba en cada detalle de su cuerpo, volvía a revivir en ella esa alegría que tanto extrañaba. Lo iban haciendo bien, si iba al bar no hablaban casi nada pero con sus miradas penetrantes bastaba para saber lo que se decían uno a otro, varios encuentros más de pasión, deseo y desenfreno, se habían convertido en amantes, idea que a ella no le hacía mucha gracia pero le necesitaba para apagar su sed, poco a poco era mas difícil el poderse ver y ella iba conociendo mas personas dentro de su red del chat, y teniendo a gente maravillosa a lo que dia tras dia iba queriendo mas, y de ese modo fue dejando aparte las ganas de estar con su supuesto amor, se fue dando cuenta que lo único que le unía a él era el deseo, solo una atracción sexual donde no llegaría nunca a buen puerto, y ahora es ella la que se está separando sin explicaciones, la que dice no puedo ir estoy muy liada en el trabajo, ahora es ella la que saca su baraja del juego y nos tomamos otro café...
FIN